... Y yo me iré, como Juan Ramón ...

19 de Junio de 2008. Adiós y Gracias.

Llegado este día, finalizan las prácticas de empresa para obtener la Titulación de Técnico Superior de Producción Audiovisual, Cine, Radio, Televisión y Espectáculos.
Un nombre tan largo como las prácticas ligeramente insulsas, aunque quizás debería de agradecerles esa oportunidad, pues me han enseñado más de lo que pensaba, aunque no sea a nivel de Producción, he aprendido mucho sobre las relaciones laborales y un gran ejemplo de como no se deben hacer las cosas. Ni 1 minuto más le dedicaré a esto.

Fin de prácticas y vuelta al Instituto al reencuentro de caras risueñas. Esperas ver a todos y deseas volver atrás para poder disfrutar otra vez de esos momentos inolvidables. Quieres verlos a todos y no perderte a ninguno, que no te falte nadie y que ninguno esté triste porque no le haya ido bien, eso da igual porque quieres estar contento y que todos lo estén para disfrutar el momento. Deseas volver atrás, para revivir esos momentos, pero esos momentos, no volverán.

No volverán. Que duro es decir a veces esto, pero es así. Compartes dos años de tu vida con un grupo de gente que se abrió a ti y te lo dieron todo, y se esfuma todo de la noche a la mañana porque es verano, el calendario escolar nos da libertad total, y la vida sigue para cada uno aunque por caminos distintos. Algunos, se quedarán, la mayoría se dispersarán e irán dando tumbos por la vida de aquí para allá, y yo, yo me iré, no se donde ni cuando ni con quien, pero yo me iré.

Y yo me iré como Juan Ramón, cogeré mis bártulos y mis recuerdos, y marcharé con mi vida y mis ilusiones a otro lugar. Empezar de cero otra vez, volver a enfrentarte a la soledad por no haberte aferrado a los tuyos. Plantar de nuevo semillas con la ilusión de que crezcan nuevas personas importantes en tu vida, sin perder la esperanza de que el viento las entierre por completo. Decía Bob Dylan: "La respuesta está en el viento".

Pero cuando esperas y ves el tiempo pasar, al final terminas pensando lo mismo:


Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.

Todas la tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará, nostálgico…

Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.


(Juan Ramón Jiménez)

Lección de Vida

Verano de 1994, 43 grados y las 17:00 de la tarde en Sevilla.

Lo recuerdo como si fuera ayer. Termino de comer, reposo el almuerzo recostado en el suelo pegado del ventilador de rejilla antigua bajo el calor abrasante de un mediodía veraniego. Camiseta desgastada casi carne de trapo de limpiacristales, calzonas de fútbol sagradas para los partidos del colegio, calcetines blancos pero con la suela ennegrecida de andar descalzo, pelado de doble cuello o cacerola de unos 9 años recién cumplidos, y llega mi Primera gran Lección de la Vida.

Mi padre cambia nuestra televisión Elbe y sintoniza la Primera de Televisión Española. Mi padre, que sabe que me apasiona el fútbol, me dice que se van a disputar los Cuartos de Final del Mundial de Fútbol que se estaba disputando en EEUU. Yo eso ya lo sabía porque precisamente ese año había estado siguiendo el fútbol muy de cerca, pero yo siempre dejaba a mi padre que me lo contara porque siempre supe que le gustaba contarlo. El partido, ya lo sabréis, España – Italia.

Cuando mi padre terminó de ajustar la tele y el volumen para no desvelar la siesta de mi madre y mis hermanas, le conté a mi padre que sabía yo de la actualidad de la Selección Española; le dije que España tenía un gran equipo, a lo que mi padre respondió: “…ya”, le conté lo bien que jugaba España y cómo consiguió su pase a Cuartos de forma excepcional, a lo que mi padre respondió: “…ya”, le narré cada gol al detalle y le informé de lo mal que llegaban los italianos al partido, a lo que mi padré sentenció con un rotundo: “…ya”.

En vistas de la escasa euforia que mi padre desprendía, le pregunté: “¿no crees en España?, podemos pasar a Semifinales del Mundial”. Entonces mi padre que siempre ha creido más en la praxis que en la teoría, me dijo: “¿Me creerías si te digo que te doy 1.000 pesetas por cada asignatura que suspendas? … este partido ya lo he visto yo, empezaremos bien, dominaremos gran parte del partido y en nuestro mejor momento se igualará el partido, lo tendremos en la mano y al final perderemos por poco y sin merecerlo. Es más, te doy 500 pesetas por cada gol de España si pasa a Semifinales, si pierde me das tu a mi 200 pesetas y no suspenderás ninguna el próximo curso”. Ignorante de mi, acepté la apuesta.

El partido terminó 2 a 1 para Italia de forma injusta porque España jugó mejor, y además falló osasiones clamorosas y el árbitro no señaló penalty y expulsión al Italiano Tassoti que agredió dentro del área a Luis Enrique. España perdió el partido, y yo la ilusión, 200 pesetas, y asumir el compromiso de aprobar todo el año siguiente.

Como toda historia, tiene una moraleja, y por las palabras de mi padre entendí la realidad, la moraleja aparente y la moraleja real. La moraleja aparente es que debemos de entender que apostar no es bueno aunque tengas toda la “convicción” de que ganarás. Pero la verdadera moraleja que me enseñó mi padre fue otra, y es que siempre me dijo que: “cuando creyese en algo, no dudara en luchar por ello, pero antes de “apostar” por ello, hay que pensarlo y analizarlo bien”. En este caso me dijo textualmente:

“No pierdes por apostar por España, pierdes por apostar que pierde Italia”.

La Sombra del Viento


Pues si, hacía tiempo que me rondaba por la cabeza esta novela de Carlos Ruiz Zafón. Si bien es cierto que para decidirme a leer esta novela fue necesario el empujón del propio autor en el lanzamiento de su último libro, he de decir que no me he equivocado en la elección de la novela pues si que muestra una madurez en la descriptiva y un estilo más romántico y melancólico recordando la Barcelona de pre y postguerra. Ni falta que hace decir que la Barcelona del "durante" la Guerra Civil no es plato de buen gusto de ningún autor que pretenda hacer un sentimiento de añoro de esa época.

La Sombra del Viento es una de esas novelas que lees y puedes palparla como real, la ves en el Cine mas que leerla bajo una luz tibia en las noches de insomnio. Es un paseo por la memoria histórica de la Ciudad Condal, donde el deleite de cada calle de Barcelona la hace tanto o más protagonista que Daniel Sempere. A día de hoy, no he estado nunca en Barcelona, pero si que podré decir que durante un tiempo la estuve visitando del puño y letra de Carlos Ruiz Zafón.

Por otro lado, de las cosas que más me han gustado del libro ha sido la figura de Fermín, todo un poeta-filósofo de las verdades de la vida. El autor lo convierte en su herramienta como figura literaria para exponer un ensayo humanístico extraordinario donde hace alarde de sus mil y un ingenios que le dan un tinte muy intelectual a la obra.

Dificilmente se puede a veces elegir una frase de un libro así donde no sabrías por donde empezar para escogerla. Dicho esto, y teniendo en cuenta el marco donde se desarrolla la obra, bajo mi humilde punto de vista, escojo la que resume una situación crítica para las voces silenciadas de la Guerra Civil española:

" ... Hay peores cárceles que las palabras ... "

Encantado de Conocerme ...

1985, la famosa "Generación del Premio".

En Enero de 1985 por ejemplo, EEUU y Russia comienzan a afrontar la tregua tras 4 años de Guerra Fría, en Febrero, el Gobierno español reabre la verja que separa la peninsula con Gibraltar, en Marzo, se produce el ingreso por primera vez en la Historia de España de mujeres en la Policía Nacional, en Abril, la antigua URSS declina el despliegue de misiles de defensa que planeaban para toda Europa, y en Mayo, se reanuda la mítica guerra palestina entre Iraq e Irán.
Tras el verano del 85, en Septiembre, se descubrieron los restos del Titanic, en Octubre, se declara en Argentina el alarmante e histórico Estado de Sitio , en Noviembre, se produce el encuentro entre Ronald Reagan y Mijail Gorbachov que firmaban publicamente la Paz entre EEUU y la URSS, y finalmente en Diciembre, muere el Sexto Stone, el pianista que fuera apartado del grupo y se convirtiese en el Rod Manager de la banda.

Aquel no fue un año cualquiera, en 1985 se estrenaron Films tan recordados en la historia del celuloide como; Cumbres Borrascosas, El Color Púrpura, La Joya del Nilo, Los Goonies, Los Inmortales, Mad Max, Memorias de África, Cocoon, o las mismísimas Rocky IV y Rambo: Acorralado.

El Cine daba paso al nuevo Cine en casa, las series americanas que comenzaban a llegar a España e invadir nuestro televisores se veian mucho mejor en nuestros televisores en color. Los 80 para la factoría de series americanas fue la década de oro, pero en 1985 tuvimos auténticos hitos de este género, entre otros algunos como She-Ra, Los Transformers, la mítica Luz de Luna, o la inigualable McGyver.

En deporte ese año también fue un año histórico, por un lado fue el año de la consolidación del gran Boris Becker ganando Roland Garros, y por otro lado, el Barcelona ganaba la Liga Española aunque el Futbol miraba a otro lado, primero Europa vió nacer el mito de Michelle Platini que se convirtió en el mejor jugador del mundo a lo grande, marcando el unico gol de la final de la Copa de Europa de aquel año. Desgraciadamente esto fue lo de menos, porque nadie recuerda estos datos que quedaron en anecdota al tratarse de la famosa Final de Heysel, la final más triste de la historia de la Champions que tuvo un balance de 40 muertos.

Y 8 días después de aquella final, nació un servidor. Y hoy, 23 años después de aquel día, me dejo caer por este cuaderno de memorias y reflexiones, para felicitarme.

Felicidades Carlos!